Ya con siete u ocho años, nos íbamos a la "calza", que había mucho campo y con las piedras hacíamos las porterías. En la "calza" se hicieron famosos los "trofeos" que jugábamos entre equipos de barrios, con seis o siete jugadores por equipo. El trofeo era una copa de tabla hecha por José Nogales, ya que su padre era carpintero y en sus ratos libres nos hacía dicha copa (también hacía las famosas palmetas de D. Joaquín el maestro).
Ya por aquel entonces D. Basilio nos llevaba al campo de fútbol que entonces era un descampado. Los equipos que jugábamos en la "calza"se hacían por zonas o barrios como la carretera, la calle el Pozo, la calle Jeréz, y algún amigo de otra zona que era agregado.
Después D. Basilio nos organizó un torneo en Navidad que se hacía con cuatro equipos, La Carretera, El Paseo, EL Rodeo y El Barrio. Este torneo se jugó durante varios años aunque no recuerdo cuantos, y tenía un aliciente especial.

De aquí ya pasamos a jugar con la escuela contra otros pueblos de la zona. Recuerdo que algunos viajes los hacíamos en el LEDA, y nos levantábamos a las seis de la mañana, siempre con D. Basilio al frente.
Podría estar horas y horas escribiendo sobre aquella época que ahora se recuerda con tanta nostalgia.
Quisiera terminar este escrito con saludo a todas aquellas personas que de una manera u otra han ido formando esta gran familia que hoy es el C.P. Oliva.
Decir también que es ahora, cuando recuerdo todo lo vivido en el fútbol, la cantidad de amistades que he hecho gracias a él y las vivencias y anécdotas que me han pasado es cuando más orgulloso me siento de haber pertenecido a este club tanto de jugador como de directivo o presidente, y que siempre estaré con el C. P. Oliva.
Ramón Márquez Pecellín